lunes, 23 de mayo de 2011

Engaño?

Si bien es cierto que creo que la vida virtual es solo otra dimensión energética de la vida real ¿Puede ofrecernos aquélla lo que buscamos en la vida real? Y aquí es donde comienzan las dificultades. Que los sentimientos que se generan pueden ser igual de intensos (o quizá más) que los que se dan en una relación de la vida real, es cierto, que el nivel de conexión y de comprensión con la otra persona que está detrás de la computadora es altísimo, también. Pero el hecho de que no exista el contacto físico implica el uso de la imaginación y muchas veces ésta nos puede condicionar a crear una "imagen idealizada" de la otra persona y eso puede ser negativo. Cuando algo sucede que nos "hace darnos cuenta" de que esa persona con la que chateamos es un ser de carne y hueso y que puede cometer errores como cualquier otra persona, la desilución que sufrimos puede ser mucho más dolorosa que la que sentimos en una situación similar en la vida real. ¿Por qué? porque la imagen que tenemos de esa persona, es un imagen creada por nosotros mismos en nuestra mente. Desde ese punto de vista, la vida virtual no nos ofrece una alternativa concreta, real, sino una fantasía, una creación ideal de nuestra mente.

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